7 feb 2010

Hombre preso que mira a su hijo


Este es uno de mis poemas favoritos y no lo recordaba. Atribuido al gran Mario Benedetti.



Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurriria en un país
donde los presidentes andaban sin capangas.

Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.

Realmente no sabian un corno
pobrecitos creian que libertad
era tan solo una palabra aguda
que muerte era tan solo grave o llana
y carceles por suerte una palabra esdrújula.

Olvidaban poner el acento en el hombre.

La culpa no era exáctamente de ellos
sino de otros mas duros y siniestros
y estos si
como nos ensartaron
en la limpia república verbal
como idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y como nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.

Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aqui
mirándote y echándote
de menos.

Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.

Vos ya sabes que tuve que elegir otros juegos
y que los juegue en serio.

Y jugue por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policias.

Y jugue por ejemplo a la escondida
y si te descubrian te mataban
y jugue a la mancha
y era de sangre.

Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides.

Por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los rinones
todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durisimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.

Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo callo
o puteo como un loco
que es una linda forma de callar.

Que tu viejo olvido todos los números
(por eso no podria ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos.

Y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en que esquina
en que bar
que parada
que casa.

Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar.

Una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de verguenza.

Por eso ahora
me podes preguntar
y sobre todo
puedo yo responder.

Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.

Llora nomas botija
son macanas
que los hombres no lloran
aqui lloramos todos.

Gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.

Llora
pero no olvides.

Carta de una mamá piedra a un papá pitufo.


Encontré esto entre mis archivos de la otra computadora y la verdad merece ser publicado.

Al más pequeño de mis hijos....

Y te conocí en un día lluvioso, mientras recorría con la mirada todos aquellos nuevos espacios que pronto serían llamados míos... mí salón, mí escuela. Era algo pequeña, blanca y no muy llamativa, pero de alguna manera me sentía cómoda y segura. Entré al lugar que se suponía que debía llamar salón. Esperaba paciente por la persona que vendría a impartir el curso, y sentada enfrente de una mesa, hacía dibujos sin orden en un pedazo de papel. Jugaba con el cabello, convivía con nuevas personas y tarareaba canciones pegajosas. La impuntualidad te sacó a la luz ese día y después, al pasar del tiempo, me lo aseguró.

La clase empezaba normal, rápida, concisa y sin interrupciones. Tú manera de enseñar siempre fue reconocida, bastante útil y comprometida con el tema que se veía... recuerdo que era de las dos, mi clase favorita. Así pues, te conocí en ese día lluvioso, en el que las pequeñas gotas caían sobre las ventanas, preparándose para su muerte y refrescando el ambiente.

Lo demás supongo que es intrascendente, el haber entrado a la escuela, el haber ido escalando, entre otras. Poco a poco fui conociendo más personas, lugares, paisajes y esencias. Poco a poco fui conociéndote a ti.

Las aventuras no se dejaron esperar, las historias de tus cactus, las flores que refrescaron mi belleza el día de mi cumpleaños y los pensamientos que hubo por las dos partes hicieron que se escribiera el principio de una historia en ese libro, que es la vida.

Y en un día lluvioso empecé a escribir esto, en un día lluvioso me avisaron de tu partida y en ese mismo día lluvioso comprendí todo lo que esa partida representaría. Y empecé a escribir como te había conocido, a percibir el pedacito del libro que conmigo has compartido. Tal vez no sea mucho, tal vez sea realmente muy poco, pero me alegra por lo menos haber aparecido, haberte conocido y ser parte de ese libro. Por que aunque sea con una sonrisa, con un saludo, con un gesto ruidoso, con un halago, he presenciado y percibido una parte de ti.

Y en otro día lluvioso me informaron sobre tu partida, que siempre no te ibas, y que te esperarías un tiempo... y me pregunté si continuar escribiéndote, si continuar describiendo las historias, si seguir agregando páginas al libro...

Al final de cuentas, te vayas o no te vayas, el sentimiento no cambia, el cariño es el mismo, el respeto es mutuo y el encuentro el de siempre... y en un día lluvioso te di esta carta, en un día lluvioso espero que sea leída y que en un día lluvioso se cumpla el pacto de tu partida...

Y cuando mires por la ventana y se encuentre frente a ti un día lluvioso, no te quejes, no solloces, no murmures, sólo contémplalo y disfrútalo, porque en un día como ese, en un día lluvioso, la magia del libro me permitió entrar y plasmarme... me permitió conocerte.

6 feb 2010

Y puedo escribir los versos más tristes esta noche.



Y es que a veces las personas con las que pensamos contar para el resto de nuestras vidas, nunca nos han considerado dentro de las suyas, ni siquiera 1 minuto.

Esto es... puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Autor: Pablo Neruda. (De Ella hacía Él)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo lo quise, y a veces el también me quiso.
En las noches como esta lo tuve entre mis brazos.
Lo besé tantas veces bajo el cielo infinito.
El me quiso, a veces yo también lo quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no lo tengo. Sentir que lo he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin el.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarlo.
La noche esta estrellada y el no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberlo perdido.
Como para acercarlo mi mirada lo busca.
Mi corazón lo busca, y el no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no lo quiero, es cierto, pero cuánto lo quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otra. Será de otra. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no lo quiero, es cierto, pero tal vez lo quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta lo tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberlo perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que el me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.

Pd. Gracias por el golpe @Paco_