8 ene 2014

TicTacCiclado

Una vez más estoy frente a este aparato que me obliga a escribir paulatinamente, mientras en el fondo de la habitación se escucha una canción clásica de fondo... bethoveen, bach, mozart...no se, no la escucho, sólo se que está ahí.

Escucho el tic tac de mi reloj que me recuerda que se me están pasando los minutos, que se me está yendo la vida. Y entro en ese torrente de emociones en las cual creo que no tengo solución, que mi vida está escrita, que ya no tengo tiempo de nada.

Hago una recapitulación de mi vida, de lo que soy y lo que era y lo que quiero ser.
Planeo mil cosas, diseño los caminos adecuados para alcanzarlos y al final, nada pasa.

El reloj se detiene, los tic tacs paran, la canción termina y alguien grita mi nombre.

Volteo hacia el frente y veo tu sonrisa de lado, tus manos en los bolsillos de esos pantalones que te hacen ver tan guapo. Te veo despeinado y veo que me miras.

Levantas un brazo y lo acercas a mi rostro, yo cierro los ojos y me olvido del tiempo, me olvido de mí.

Sonrió de vuelta y recojo mis cosas, te tomo de la mano y desaparecemos.

Y el aparato se queda ahí... a medias. Esperando que sea mañana.

- Mañana si, se dice. Mañana si...

Pero no sabe, que mientras tu sigas aquí, no habrá ningún mañana para él.

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